Setentistas y noventistas ranquean alto en la blogósfera.
Entre estas dos corrientes hay un hueco, una categoría que no mide: el ochentismo.
En política corresponde al radicalismo alfonsinista, a los alzamientos carapintadas, a la claudicación, al austral, a la hiperinflación...
Es una categoría a la que nadie quiere adherir.
Tiene un poco más de prensa el término "ochentoso", que tiene que ver con los peinados románticos y con lo más berreta de la década.
Yo, "ochenta", porque fui alegremente pesimista, vanidoso e individualista.
Los "setenta" y los "noventa" se sienten orgullosos, los "ochenta" no.
Yo me hago cargo, estoy listo para justificarme ante cualquier acusación.