1.5.10

L' Epi

Aun la mujer más linda, inteligente y refinada -se dice-  tiene algún tipo de Montaner oculto en el placard.
La frase lo atraviesa despiadadamente y lo llama a recato.
Ella está demasiado entregada al amor como para notarlo.
Pero él volvió en sí y ya no se abandonará facilmente.
No por egoísmo, más bien por histórico desencanto.
Es dificil resitirla esa mañana.
Juntos, caminan hacia la la panadería de Olivier.
Ella se emociona cuando él le cuenta la historia del horno de leña, cuando le habla de la técnica de leudado natural.
Vuelven riendo y comiendo por la acera soleada y vacía.
A él se le desmarca el corazón cuando ella comienza a cantar Comment te dire adieu.
Presta atención a los labios cantantes, intentando vanamente encontrar alguna miguita rompehechizos de pain au chocolat saltando de su boca. Pero no. Sólo descubre que se parecen a los de Jane Birkin.
Y esta seguro que la bella mujer de Gainsbourg jamás cantó una de Montaner.